Capítulo 24
El lugar original




Caminar por los parajes donde había crecido se asemejaba, un poco, a volver al pasado. Tetsuya hizo un alto y se encontró sonriendo, en medio de sensaciones encontradas. Inconscientemente, había repetido el mismo trayecto que solía transitar cuando era un niño: de la escuela a la casa. De los deberes al estricto confinamiento de sus padres.

Suspiró.

Frente a él, la gran y siempre imponente casona de la familia Ogawa se alzaba algo más deteriorada que la última vez que la había visto. Sintió un ligero pesar en el pecho cuando cayó en cuenta que la última vez que había estado ahí había sido poco después del nacimiento de su hija. Su padre prácticamente había exigido que le llevara a la niña, siempre desde el trono donde yacía años confinado, inmóvil por una enfermedad que había acabado con el movimiento de sus piernas, pero no con su enorme soberbia.

Suspiró de nuevo y estaba por marcharse cuando la puerta principal se abrió y una figura bastante conocida apareció por ella. Su hermana mayor, Junko, le sonrió de forma contagiosa y caminó hacia él a pasos largos, casi corriendo.

- Cuando te vi por la ventana, casi no pude creer que fueras tú- le dijo a modo de saludo, mientras lo envolvía en un abrazo cálido, familiar. Tetsu sonrió también y la apartó un tanto, para ver los cambios que un par de meses sin verse habían generado.

Por alguna extraña razón, la madurez en su hermana parecía sumarle atractivo en vez de quitárselo.

- No sabía que estabas viviendo aquí.

- No estoy viviendo aquí, sólo vine a checar que papá no hubiera matado a la nueva empleada- repuso ella e hizo un mohín de molestia- Es la quinta chica en lo que va del mes. Estoy a punto de llevar el caso a tribunales, la verdad. Papá tiene una habilidad única para hacer que renuncien.

Tetsuya lanzó una risa indolente. Conocía de sobra el carácter difícil de su padre y a pesar de que habían pasado varios años desde que se había ido de esa casa, no podía evitar pensar en él con una fría sombra de resquemor disfrazado de respeto.

- Debiste haberme dicho que venías a Osaka, ¿cuándo llegaste?- prosiguió Junko sin reparar en su ligera reticencia. Tetsu trató de devolverle un gesto amable.

- Hace unas horas, aunque vengo por poco tiempo. Asunto de trabajo.

- Lo que no significa que no tengamos tiempo para tomarnos un café, ¿cierto?- antes de que pudiera negarse, Junko lo tomó del brazo y le sonrió de forma desafiante.

Tetsuya volvió a reír.

- Tú no cambias, ¿cierto?- repuso- Cualquiera que nos viera ahora pensaría que soy tu esposo y no tu hermano.

- En la secundaria tú me presentabas como tu novia y yo no me quejaba, hermanito.

- Si lo hacía era para que los hombres no te vieran de otra forma. Tenías una habilidad única para atraer rufianes.

- Aún tengo esa habilidad, créeme- Junko suspiró con pesar e hizo un gesto hacia atrás, hacia la casona- Supongo que vienes a ver a papá. ¿Te parece si te espero y luego nos vamos a tomar el café?

El bajista titubeó. También envió una mirada de soslayo a la casa, especialmente, a una de las ventanas del segundo piso. Las cortinas estaban corridas.

- Será mejor que vuelva en otro momento- musitó, más que nada, para sí mismo.

- Imagino que mi madre ya te contó cómo se puso cuando se enteró de tu divorcio, ¿cierto?

- Claro que lo hizo- ahogó un nuevo suspiro y miró alrededor- Te explico cuando lleguemos a la cafetería. No me gusta tratar estos temas en la calle.

Ni frente a esta casa. Junko asintió por segunda vez y se encaminaron a buscar un taxi.

- La verdad, me hubiera gustado escuchar la noticia de ti y no enterarme por la prensa… pero ya tendrás suficientes reclamos con mi madre para que yo te de los míos- repuso, en cuanto tomaron asiento en una de las cafeterías cercanas y el ambiente se llenó de un aroma terroso. Un aroma que Tetsu conocía de sobra.

Casi por alevosía, habían ido a parar al café de la cuarta avenida.

- Sé que debí haberte comentado mis planes desde un principio, pero supongo que todo fue un tanto… precipitado- respondió lacónico, poco después de que una mesera les llevara los café a la mesa. Los ojos de su hermana se entornaron con sospecha, aunque se mantuvo sonriendo.

- Jamás creí que tomarías de forma precipitada una decisión tan importante.

- En realidad, ya había estado pensando en el divorcio antes de comenzar con los trámites.

- ¿De verdad?- Junko adoptó una expresión incrédula- Por lo felices que se veían, siempre pensé que Ayana y tú se llevaban bastante bien. Y con Rei tan pequeña… los hijos unen mucho a las parejas, te lo digo por experiencia propia.

Había un ligero tinte de melancolía en su voz que el bajista captó de inmediato. Tomó una de sus manos por sobre la mesa y ella le sonrió suave, anestésicamente.

- De todas formas- prosiguió, sin darle tiempo de compadecerla- la decisión es tuya y nosotros no podemos influenciarte. Siempre has sido una persona bastante sensata, hermanito. Así que sólo me resta desearte buena suerte, sobre todo con los berrinches de mis padres.

- Lo que digan mis padres es el último eslabón de la cadena, te lo aseguro.

- ¿A qué te refieres?

- Ayana- suspiró- No me está haciendo las cosas fáciles, aunque tampoco esperaba que lo hiciera.

Sonrió, revolvió el capuccino de forma pensativa y sintió a su hermana suspirar también, en una réplica de sí mismo.

- Ya te lo dije, no me corresponde entrometerme en tus decisiones, pero… si todo iba bien entre ustedes, ¿por qué decidiste divorciarte de ella?

- ¿No lo adivinas?- la sonrisa del bajista se hizo un tanto más pronunciada, casi culposa, y Junko levantó una ceja en plan de adivinanza.

- Déjame ver… sólo hay una persona que ha podido desestabilizar tu estricto orden. Y esa persona es cierto vocalista que no veo desde hace años, ¿me equivoco?

De nuevo culposo, Tetsu asintió y se reclinó hacia atrás en el asiento.

- Nos volvimos a ver hace un par de meses, poco tiempo, la verdad- vagó la mirada en torno al lugar y se aclaró la garganta, de pronto, bastante rasposa- Siempre supe que todo cambiara en cuanto Hyde volviera a la banda, pero jamás pensé que tomaría una decisión tan drástica.

- Aún lo quieres.

No era una pregunta.

- Nunca dejé de hacerlo- suspiró de nuevo y su mirada volvió a su hermana, de pronto, bastante seria- Si tuve una aventura con Ayana y me casé con ella es porque quería tener una familia, no porque realmente la quisiera.

-Por no decir que papá te presionaba para darle un nieto.

- Yo mismo me presionaba a tener hijos- puntualizó y no se sintió feliz de verbalizarlo- Mi relación con Hyde comenzaba a asfixiarme. Él es una persona increíble, siempre lo fue, pero me daba miedo que descubriera que no me sentía a gusto con el rumbo que había tomado nuestras vidas… quizás, si ambos hubiéramos tenido un par de años menos, no lo hubiera sentido tanto. Pero ya no éramos jóvenes y yo veía que pasaban los años y no había construido nada… nada que no fuera trabajo.

- Tampoco es que hayan estado tanto tiempo juntos. Dos años después de que él se divorciara, ¿cierto?

- Yo estaba enamorado de él desde mucho antes.

- Lo imaginaba- Junko adoptó una expresión traviesa- Siempre pensé que tu alegría por haber conocido a Hyde no se debía sólo a haber encontrado al vocalista ideal de tu banda.

- Nunca he sido bueno fingiendo- Tetsuya sonrió también y se quedaron en un ligero, pero cómodo silencio.

Mientras ella llevaba su taza de café a los labios, el bajista observó su entorno con nostalgia.

- En resumidas cuentas, dejaste a tu esposa porque te diste cuenta que seguías queriendo a Hyde- recapituló Junko luego de unos segundos y Tetsuya no pudo evitar sonreír aún más profundamente. Cuando ella hablaba, todo parecía más fácil- Aún así- prosiguió, taladrándolo con sus ojos castaños, símiles a los de Tetsu- lo que no me calza es cómo Haido te aceptó de vuelta. Es decir… lo dejaste para casarte y tener hijos. Ahora, te divorcias de Ayana porque ya tienes una hija y quieres estar con él. No conozco muy bien a Hyde, pero no me parece la clase de personas que puede olvidar algo tan grave como una infidelidad así como así, de la noche a la mañana.

- Supongo que los tres años en que no nos vimos fue suficiente tiempo como para que las rencillas se enfriaran.

- ¿Realmente lo crees?- levantó una ceja con escepticismo- Sé que los hombres no tienen buena memoria, pero Tetsuya, dejaste embarazada a Ayana mientras estabas con él. Tú sabes que te quiero con toda el alma, hermanito, pero si tengo que ser sincera, de haber estado en el lugar de Hyde te hubiera partido la cara y jamás te hubiera perdonado.

- Lo sé- su sonrisa se tornó triste. Fijó la mirada en un chico de la mesa contigua, menudo, de cabello largo y muy negro, como el de Hyde.

Hyde…

Casi podía verlo como hace veinte años: ágil, corriendo entre las mesas, cautivando a las chicas con su sonrisa despreocupada y el guiño de sus ojos cuando entregaba los pedidos, siempre con ese andar de artista enigmático, de alma viajera. El chico que desde el primer instante lo había interesado, hasta el punto de la obsesión.

¿Me extrañas, aunque sea un poco?

Desvió la mirada hasta las profundidades de su capuccino. Jamás había probado un café mejor de los que preparaba Hyde, cuando trabajaba en esa misma cafetería.

- Quiero confiar que el cariño que existe entre nosotros es lo que nos mantiene juntos, a pesar de todo- respondió finalmente, casi deseando convencerse a sí mismo.
Era imposible.

- No pareces feliz de estar nuevamente con Hyde. Ni mucho menos tranquilo- puntualizó Junko con voz serena, aunque inflexible. Tetsuya estuvo tentado a reír, pero sólo sonrió de medio lado.

- Si te soy sincero, a veces creo que me da miedo abrir los ojos y descubrir que además de cariño, Hyde me guarda ese rencor del que me hablas… ese rencor que desde luego, me merezco.

Era la primera vez que lo decía en voz alta y mientras se llenaba la boca con el sabor terroso del café, Tetsu supo que aquello era, en gran parte, el responsable del pesar que sentía en el pecho. Todos los días, a todas horas.

Aún más cuando Hyde no estaba cerca.

- Ya te lo dije, si estuviera en el lugar de Hyde tomaría una postura mucho más severa. Pero eres mi hermano, Tetsuya, y si tu felicidad está con él, espero sinceramente que todo vaya bien entre ustedes. En serio.

- Gracias- Tetsu dejó el capuccino sobre la mesa y se fijó en ella. Volvía a ser el hombre inteligente e inflexible, líder de una banda- Suficiente de mis problemas. Cuéntame de ti: ¿qué has hecho? ¿Sigues trabajando en la misma escuela?

Cambio abrupto en el tema. Junko le sonrió y aceptó el tono distendido, con su habitual condescendencia.

Siguieron con la conversación por unos cuántos minutos, sintiendo que el tiempo había vuelto su marcha hacia atrás y que volvían a ser los jóvenes, los hermanos de siempre. Los amigos y los confidentes.

Cuánta nostalgia sentía Tetsu por esos años.

Por aquel entonces, sus problemas sólo abarcaban la universidad, las clases de música, las peleas ocasionales con sus padres. Y la banda que a costa de todo, quería formar.

- Mañana iré a visitar la tumba de Hikari, ¿quieres acompañarme?- comentó su hermana de manera bastante natural, una vez que pagaron la cuenta y salieron el café. Tetsu miró hacia atrás, hacia el aspecto hogareño del lugar una última vez, y su mirada se volvió mucho más seria cuando se fijó en el rostro de ella.

Como siempre, si le dolía nombrar a su hijo, no lo manifestaba.

- Desde luego, ¿quieres que te pase a recoger a tu casa?

- Mejor yo te veo en el hotel- Junko sonrió y caminaron juntos hasta la esquina, a tomar un taxi- Imagino que tienes muchos asuntos que atender, así que no te quito más tiempo, hermanito. Fue un gusto hablar contigo.

Le dio un beso en la mejilla, un vehículo se aparcó frente a ellos. Junko se subió al taxi, le dedicó una última sonrisa y le hizo adiós con la mano.

Cuando Tetsu regresó al hotel, media hora después, se encontró con un mensaje de su manager en el teléfono del cuarto. Sakano le informaba que la reunión con Hiro sería esa noche, en un restaurante cercano. Tetsu se sentó en la cama y suspiró con hastío.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto al guitarrista. De todas formas, hubiese deseado no tener que verlo de nuevo.

“Quizás nos topemos en alguna parte”, había dicho Hiro a manera de vaticinio y despedida, en su último encuentro antes de dejar la banda. “Y te lo aseguro, bajista: tu suerte no habrá sido mejor que la mía. Eso, te lo doy por sentado”.




***



Todo estaba exactamente igual a como la recordaba. Todo, incluso la luz del crepúsculo que caía sobre la cama y dibujaba formas imprecisas, abstractas. Aquélla era la cama donde tantas veces había cerrado los ojos y había creído que no volvería a despertar. Quizás Dios existía y hacía realidad su más grande anhelo.

- Pensé que te gustaría ocupar la misma recámara- repuso Sakura a su lado y Hyde le sonrió, agradeciéndole el gesto.

Entró al cuarto casi con reverencia, sin atreverse a tocar los muebles. Así estaba perfecto, tal como en sus recuerdos. Un puñado de escenas felices y otras bastante amargas.

- Es como si el tiempo no hubiera pasado- reflexionó en voz alta. Colocó la única maleta que traía sobre el buró y miró con detenimiento la imagen tras la ventana abierta, de par en par. La luz anaranjada cubría los altos edificios como una capa de frío óxido y más allá del horizonte, Tokio se devoraba una puesta de sol demasiado inocente para ser verdad.

Qué extraño. Dentro de su departamento, las puestas de sol siempre se asemejaban a heridas sangrantes en el cielo.

- Por un momento, me pregunté si esta habitación te incomodaría- el batero prosiguió con la conversación y Hyde se dio vuelta para verlo de brazos cruzados, apoyado en la pared, a un lado de la puerta- Por tu rostro, veo que no es así.

- ¿Por qué pensaste eso?

- ¿No lo adivinas?- Sakura sonrió de medio lado- Mientras estuviste aquí, no hacías otra cosa que desear volver a Londres.

No era reproche lo que embargaba sus palabras, pero sí una ligera nostalgia. La sonrisa de Hyde se tornó melancólica también y miró alrededor, luchando contra la necesidad de pedir una absolución.

- Cuando aprendí a amar esta casa jamás me quise ir de nuevo, te lo aseguro- dijo y se detuvo frente a la ventana, recibiendo la ligera brisa de la noche.

Vio, a través del reflejo, que la expresión de Sakura se endurecía.

- Si tanto te gustaba estar aquí, no debiste regresar a la dulce compañía de tu amante.

- Ya hemos hablado de eso.

- La dichosa venganza, lo sé- el batero suspiró con hastío.- Hay un par de toallas limpias en el baño. Si necesitas algo me avisas, voy a estar en el garaje.

- Sakura- Hyde lo llamó, en cuanto el baterista llegó al rellano de las escaleras. Sakura subió la mirada y lo vio inclinado en la baranda, aún sonriendo, el cabello largo y negro se le venía al rostro y lo hacía ver más infantil que nunca- Gracias por traerme aquí de vuelta. En serio.

Seguía bastante pálido, al igual como lo había visto esa mañana. Sakura asintió y siguió bajando hasta la planta baja, sintiendo que el aspecto impasible abandonaba su rostro. No estaba en su naturaleza demostrar abiertamente sus sentimientos, pero desde que había recibido la llamada de Ogawa por la mañana no había podido evitar mostrarse intranquilo. Como si algo fuera a suceder de un momento a otro. Como si pudiera adivinar qué, pero algo en sí mismo no quisiera saber la respuesta.

Casi en una letanía, las palabras del bajista se repetían en su memoria. Gotas de lluvia que impactaban un terreno que se había mantenido inerme.

“Anoche se desmayó. Lleva días sin poder dormir y ha tenido pesadillas que no me ha querido contar… posiblemente, tampoco se las ha contado a nadie”

Ni siquiera a ti

Pasó de la cocina hacia el garaje y se centró en el mantenimiento de la motocicleta, más que nada, para escapar de sus pensamientos. Aún así, con cada movimiento la voz de Ogawa se hacía más nítida que nunca. No podía dejar de recordarla, tratando de encontrar las pistas que le hicieran dilucidar qué demonios estaba pasando con Hyde. Porqué sentía ese mal presentimiento con respecto a él.

“Si te cuento todo esto es porque sé que eres el único al que Hyde escucha… Él no está bien. Lo peor es que no imagino qué es lo que tiene”

“Las enfermeras dicen que ve visiones”

Se detuvo. Su propio reflejo le devolvió la mirada a través de las bujías de la Harley Davidson. Una mirada de preocupación pura, negra, como la noche en que había encontrado a Hyde casi muerto en su recámara en Londres.

No puede tratarse de eso.

Dejó el paño de lado y se inclinó sobre la moto, respirando profundo. No había pensado en esa posibilidad, aunque siempre había estado presente, de alguna forma. Todos los días, a todas horas. En cuanto habría los ojos y sentía miedo de mirar alrededor y verlo sangrando, a los pies de la cama.

Los médicos se lo habían advertido, pero en su terquedad por regresar a Japón, Sakura no había querido escucharlos.

“Mientras no haya un diagnóstico excluyente, los síntomas pueden reaparecer y no podrás controlar sus actos”

- Ahora que lo pienso, aún no te lo he preguntado.

Levantó la mirada. No lo había sentido llegar, pero ahí estaba, fumando en silencio. Hyde le sonreía mientras se acercaba con parsimonia.

Por alguna razón, la visión de su rostro sereno hizo que un frío resquemor corriera por su garganta.

“¿Qué te hace pensar que no lo volveré a hacer?”

- ¿A qué te refieres?- preguntó casi a la defensiva. Volvió al mantenimiento de la motocicleta como si nada y casi rezó para que su preocupación no se oliera a distancia.

“Soy adicto a la muerte, Sakura, seguro lo recuerdas. Ese sabor dulce… y la adrenalina…”

- Hablo de la reunión que tuviste esta mañana en la compañía- respondió el vocalista con simpleza. Se sentó en la mesa donde Sakura tenía los repuestos y lo vio intercalando palabras con caladas del cigarrillo- Ken estuvo todo el día con un humor de perros. Es evidente que no lo hizo feliz volver a verte.

La verdadera pregunta quedaba en el aire: ¿por qué?

- Es su problema si no quiere verme- musitó el batero lacónico, mientras se agachaba para sacar brillo a las partes bajas. Aunque no podía verlo desde su nueva posición, intuyó que Hyde sonreiría.

Y en efecto, no se equivocó.

- Ha pasado demasiado tiempo desde que te sorprendió con el periodista, ¿recuerdas? No puede estar enojado aún por eso.

- Pregúntale.

Escuchó los pasos del vocalista acercarse. Al igual como había sucedido en las escaleras, el cabello de Hyde se le vino al rostro cuando se asomó por el asiento hasta donde él estaba.

- ¿Qué se traen ustedes dos?- inquirió entornando los ojos, mientras aún fumaba con una mano y se apoyaba en el asiento con la otra. Sakura se incorporó, se sacudió los pantalones y limpió el rastro de colillas sobre el asiento de cuero negro, con suma paciencia.

- Yo no me traigo nada, ni mucho menos con Kitamura.

- ¿Estás seguro?

- ¿Por qué te mentiría?

- No lo sé- Hyde lo vio fijamente y Sakura estuvo tentado a apartar la mirada- Realmente, no lo sé… pero voy a averiguarlo.

Aquélla era una declaración de principios y una advertencia velada. El batero sonrió y negó con un gesto.

- Como quieras, aunque sólo perderás el tiempo.

- Pruébame- Hyde lo tomó del brazo cuando planeaba la retirada, se inclinó en el asiento, hacia delante, y sus rostros quedaron a pocos centímetros de distancia- No creas que no lo he notado. Ken parece estar hecho una furia contigo y tú ni siquiera quieres mencionarlo. Voy a descubrir qué es lo que pasa entre ustedes y entonces, Sakura… entonces te patearé el trasero por no habérmelo dicho antes. Y no hablo en sentido figurado, te lo aseguro.

Los ojos del batero pasaron de su rostro al agarre firme en su brazo. El tacto de Hyde quemaba, pero más que su piel, eran sus palabras los que transformaban el aire en líquido.

Un líquido que a penas se drenaba entre ambos.

- Ya te lo dije, haz lo que quieras- repuso tranquilo y se deshizo del contacto con un movimiento rápido, aunque no violento. Hyde se mantuvo viéndolo fijamente, aún después de que Sakura había regresado a lo suyo.

Aquella fría indiferencia sólo era signo de que algo más sucedía entre Ken y él. Hyde apagó la colilla y se fue a la cocina para buscar una cerveza helada. Sintió ruidos en la sala, se acercó y vio a un niño de espaldas, tocando un instrumento. Una guitarra.

- ¿Sucede algo?

A penas pudo reprimir un sobresalto. Sakura había entrado por la cocina con las manos manchadas de grasa.

Volvió la vista hacia el sillón y sintió que la sangre se le congelaba.

Estaba vacío.

- No- respondió, su corazón golpeteando dolorosamente en su pecho – No sucede nada.





***






Tamborileó los dedos sobre la mesa y checó el reloj. Al menos, esa era la cuarta vez que lo hacía en un tramo de diez minutos. Las diez y media, sonrió. No estaba mal al tratarse de Hiroki.

Tetsuya no lo reconocería ante nadie, pero comprobar que su antiguo compañero de banda no había alterado su elegante impuntualidad lo dejaba un tanto más tranquilo. Pocas cosas lo alteraban más que enfrentarse a un imprevisto.

Pasado un minuto pensó en hablarle a Sakano y darle una buena excusa para marcharse cuando presintió que llegaba, mucho antes de verlo. De negro, como era su costumbre. Una gabardina larga y maltratada, un sombrero que acumulaba capas de polvo en su copa. Los otros clientes del local voltearon en su dirección cuando lo vieron pasar, pero arrogante como siempre, Hiro sólo sonrió y se sentó en la mesa como si todo lo que hubiera dentro del restauran fuera suyo.

En definitiva, no había cambiado, en lo absoluto.

- ¿Se puede saber porqué mierda, Ogawa, no elegiste otro puto restaurante que me quedara más cerca?- dijo, a modo de saludo.

Pese a las palabras, Tetsuya sonrió. En realidad, era una mueca que simulaba ser una sonrisa. Demostrando del todo sus diferencias, dobló la costosa servilleta en su regazo y le hizo una seña a uno de los meseros, para que le trajera la carta.

- Si te molestaba el lugar, debiste habérmelo dicho antes.

- Sí, claro. Tetsuya Ogawa escucha las necesidades de sus súbditos- Hiroki ironizó. Se sacó el sombrero y una larga cabellera cayó sobre sus hombros. Descuidada. Tetsu le envió una mirada de displicencia.

- Me hiciste venir a Osaka. Pensé que había quedado bastante claro que por el momento, estamos dispuestos a escuchar tus peticiones.

- ¿Cómo va el divorcio?- le preguntó el guitarrista de pronto, y ante el gesto de incredulidad de su acompañante mostró una sonrisa de dientes amarillos- Vi una nota de prensa hace unos días. Siempre has tenido buen gusto, tu esposa era un ejemplar de primera.

Había algo en su tono, una cierta burla y banalidad que molestó a Tetsu de una forma profunda. Se aclaró la garganta, tomó el agua servida en su copa y se repitió las mil y una razones que tenía para no mandar la negociación al carajo.

- De todas formas- prosiguió Hiro, con un gesto grandilocuente- Teniendo a Haido al lado, cualquiera se tienta. No puedo culparte.

- Aún te gusta- el comentario se le escapó antes de que pudiera refrenarlo. En voz baja, en extremo medida. Se observaron con fiereza y Hiroki lanzó una risa que se oyó como un ladrido.

-Tranquilízate, meterme en los pantalones de otro tipo no está dentro de mis planes, aunque no te niego que Haido puede ser del gusto de cualquiera. Lástima que el pobre idiota esté tan enamorado de ti… Y eso que lo dejaste por una mujer. Dónde quedó su tan afamado orgullo, ¿eh?

Lanzó una segunda risa y Tetsuya apretó con fuerza desmedida la copa. La llegada del mesero impidió que perdiera la compostura.

- De todas formas- prosiguió el guitarrista mientras ojeaba la carta, con gesto aburrido- Con todo lo que le hiciste, que embarazaras a una mujer no resultó un hecho tan grave, ¿verdad?

Un ruido sordo y el agua que había antes en la copa de Tetsu se derramó por el mantel, dejando una estela oscura que iba en aumento. Hiroki desvió la vista del menú y casi se relamió de gusto cuando vio el rictus de tensión en el rostro de Tetsu.

- Ya basta con todo esto- replicó el bajista en un susurro peligroso- Si vine hasta aquí fue para negociar. Y si no lo vas a hacer, es mejor que te largues.

- No hay necesidad de ponernos tan ariscos. Solamente recuerdo los viejos tiempos, ¿tú no?

- No pienso perder mi tiempo contigo- tiró la servilleta al piso. Sin embargo, en cuanto hizo el amago de levantarse, la mirada del guitarrista pasó de la hilaridad al desdén puro.

- Si te atreves a largarte, voy a mandar la propuesta de tu querida compañía al carajo. Y tú, mejor que nadie, sabes que no amenazo en vano, Ogawa. Así que siéntate.

Ahí estaba, la careta que Tetsu había estado esperando ver desde un principio. Apretó la mandíbula y se quedó en su puesto. Si lo hacía era por Hyde, se repitió una y otra vez.

- No has tenido los cojones para hablarle de aquél lamentable incidente, ¿cierto?- Hiro sonrió de forma desagradable y lo contempló con diversión, de nuevo, el semblante arrogante instaurado en su rostro- Haido te partiría la cara si supiera que le debe la inmovilidad de sus manos a uno de tus arranques.

- Cállate- siseó Tetsu. Lejos de parecer amedrentado, Hiroki lanzó una risa sardónica.

- Si no lo hago, ¿qué? ¿Me vas a enviar matones para que me silencien? No me sorprendería que aún usaras esas prácticas… Lástima que yo no sea tan idiota como Hyde.

- No vuelvas a repetir eso.

- Y tú no vuelvas a exigirme nada- su gesto se volvió gélido- Aún puedo ir y contarle a Hyde cómo y cuándo le cagaste la vida. Y todavía mejor: el porqué.

Volvieron a compartir una mirada pétrea. A su alrededor, las personas hablaban y ocasionalmente reían, pero ellos no les prestaban atención. O al menos, Tetsuya no lo hacía.

- ¿Qué mierda quieres?- le preguntó entonces, con la voz baja que usaba para tratar los asuntos más delicados. El corazón le golpeteaba furioso en el pecho. Desde el principio, había tenido el presentimiento que ver a Hiro no traería nada bueno.

Y no se había equivocado.

- ¿No es evidente? Vengo a negociar mi vuelta a los escenarios, nada más ni nada menos que con mis queridos ex compañeros de banda.

- La banda te importa una mierda.

- Esa boca, Ogawa- rió- Tu ilustrísima madre se caería de espaldas al ver cómo has malogrado tus modales.

- No juegues conmigo y dime qué mierda quieres.

- En realidad, no mucho. Con el concierto aniversario tus bolsillos se pudrirán de dinero, así que quiero parte de esa tajada… una buena parte.

- No puedes estar hablando en serio- Tetsu adoptó una expresión irónica. Ante su sorpresa, el rostro de Hiro se recrudeció.

- No te hagas el imbécil conmigo, Ogawa. He sido condescendiente todos estos años, pero no lo seré ahora. Quiero lo que me corresponde.

- A ti no te corresponde nada- el bajista entornó los ojos y transformó su voz en un susurro grave- No se te ocurra acercarte a Hyde, porque si lo haces, me encargaré de que no consigas trabajo en ninguna parte. Y también sabes que no amenazo en vano.

- Tú sí que eres iluso- Hiro siseó entre dientes, de forma apreciativa- ¿Para qué voy a trabajar si me vas a indemnizar de por vida? El trabajo es para los idiotas, yo actúo. Y actúo bien.

Se inclinó en la mesa, hacia delante, y el cabello le tapó parte del rostro. Tetsuya lo miró con asco. El olor a alcohol y tabaco se desprendía a raudales de sus ropas.

- Haz lo que quieras- accedió finalmente, con la misma sonrisa de ironía que esgrimía el guitarrista. Pese a las amenazas, se levantó y lo vio con desdén de su nueva altura. Se dio el lujo de reír suavemente y observarlo de arriba abajo, con desagrado-Lo único que conseguirás será perder el tiempo. Es tu palabra contra la mía y la tuya, por lo que veo, ya vale bastante poco.

Tomó su chaqueta y se la colocó con parsimonia. Hiro rió también, tomó la copa que antes Tetsu había usado y se la llevó a los labios.

- Hagamos la prueba, entonces- levantó la copa en son de brindis- Salud por tu majestuosa caída, Tetsuya Ogawa… Ni tu fama ni tu dinero te salvarán cuando todos sepan la clase de persona que eres. Porque no eres mejor que yo.

Sonrió de nuevo, mostrando la hilera de dientes sucios y sin poder soportar el asco por mayor tiempo, Tetsu desvió la vista y se fue hacia la salida. Ni siquiera miró hacia atrás.

Una vez que estuvo afuera, la máscara de seguridad resbaló por su rostro y una sensación de frío miedo lo impactó con bastante fuerza.

Con premura, sacó el celular y marcó el número del representante. “Hiro no entra en el proyecto” le dijo a manera de saludo y despedida. Caminó hacia una esquina, hizo parar un taxi. No dio la dirección del hotel. Ya fuera las caretas, no se sentía con el valor necesario para llegar a su habitación y repasar una y otra vez memorias que casi había conseguido olvidar.

Pero no por siempre.

“Haido te partiría la cara si supiera que le debe la inmovilidad de sus manos a uno de tus arranques”

- Al bar más cercano- le indicó al chofer casi por inercia. El hombre asintió, por suerte, sin intentar entablar una plática. Mientras la noche ocultaba la estela de su pista, Tetsu se inclinó hacia atrás en el asiento, cerró los ojos y deseó jamás haber vuelto a esa ciudad de mierda.

Y en especial, a los pecados que había cometido en ella.









4 comentarios:

oh por Dios!!!
he quedado impactada con este capitulo
creo que valió la pena la espera (de todas formas no nos hagas esperar tanto por el próximo)

necesito saber que es lo que le hizo Tetsuya a Hyde?? >o<!!!

muchos besos Dolly hermosa
espero que hayas tenido una bonita Navidad
deseo que el próximo año que ya se viene sea muy bueno para ti y puedas cumplir tus proyectos

muchos besos
Tooru ~♥~

Muy buen capitulo Dolly! me has dejado con la angustia/curiosidad enorme de saber que es lo que hizo Tetsu.

Me preocupa Hyde, que le esta pasando?
en que acabara esto!!!

Esperare el siguiente capitulo.

Como siempre me dejas boca abierta con cada capitulo, buenisimooooooo!

Tooru: ç

QUE BUENO que les gustó el cambio en la trama de la historia. No es que no haya venganza (de hecho, si recuerdan el primer capítulo, Hyde comete la estupidez de casarse con Tetsu... en fin), pero las cosas se desarrollarán de forma muy distinta a la que, seguro, se imaginaron.

¿Qué le hizo Tetsuya a Hyde? Algo que Hyde no le va a perdonar, te lo aseguro. Le jodió la vida porque se obsecionó con él. He dado muchas pistas sobre eso (la conversación de Sakura y Hyde en el cap 23, la pelea de Hiro y Tetsu...). Lee bien y seguro que podrás hacerte una idea.

Espero que tengas unas felices fiestas y que el año que viene sea bueno para tí también.



Mi estimada/o anónimo/a:

Para la otra me dejas tu nombre, ¿vale? Onda, para saber quiénes son las lindas personas que me leen (sí, ando aduladora y bien feliz)

Supongo que la pregunta de hoy es qué demónios le hizo Tetsu a Hyde, y porqué Hiro lo está chantajeando. El cap 25 parte con una escena del pasado (en el café de la cuarta avenida) y estoy segura que cuando la lean, se harán una idea aproximada... así como porqué Hyde NO debería perdonar a Tetsu.

Sobre las alucinaciones, Hyde tiene que preocuparte. Sin embargo, el más preocupado será Sakura, que lo adora y ha tenido que jugar un papel muy delicado en el pasado. Sinceramente, si todos tuvieramos a alguien que nos amara tanto como Sakura ama a Hyde, nuestra vida sería mucho mejor. Me emociono bastante cuando escribo escenas de ellos dos. Aquí, entre nos, el haitsu me costó bastante, porque sabía que Hyde se terminaría enamorando de otra persona... por otro lado, también he sentido que la historia de amor entre Hyde y Sakura es tan potente que no puedo describirla. Tendré que encontrar la mejor forma de pasar lo que está en mi mente a palabras.

Muchísimas gracias por tu comentario, ¡que tengas unas felices fiestas!

Primero....
Feliz año nuevo Dolly!!!!!!! (un año mas de "conocerte" jijiji)
Dos
wooooooooooooooooooooow!!ahora si que para nada quisiera estar en los zapatos de Tetsu, pobre hombre le esta yendo como en feria, ojala no fuera a la cena con su mama y su esposita, pero para como lo has estado tratando jijijiji temo que si lo hara....
Sabes, con esto (y aunque es un fic) se deja en claro que todas las que haces a lo largo de la vida se pagan, pobre hombre ahora le estan saliendo toooodas las cuentas...
T__T!! delo que le hio a hyde, creo tengo idea, pero quiero saber como lo hizo... jejeje..(imagino tambien por eso podria ser que no tocase la guitarra tambien como Ken)
KENKI!!! graaaaaaaaaacias!!! gracias por esa parte Kenki que escribiste, se leyo tan natural y para nada forzado!!! aaa me encanto muchas gracias dolly
PORFA!!! continua continua quiero mas fic!!!

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