Bodas de Sangre
Segunda Parte
Capítulo 21
Pretendiendo
Segunda Parte
Capítulo 21
Pretendiendo
Si había algo más inquietante que su silencio, eso era, sin duda alguna, su aparente tranquilidad. La forma vacía y algo distante con la que interactuaba con los otros invitados de la fiesta y su sonrisa fría, puro hielo derramado entre los labios. Una mueca que escondía tras las capas de piel y ropa, el verdadero sentimiento que guiaba la mayoría de sus actos por esa noche.
Tanta indiferencia… ¿pero por qué?, ¿por quién?
No necesitaba más que leer entre líneas para descubrir la respuesta.
Tetsuya Ogawa
- ¿Te encuentras bien, Sakura?- le preguntó de pronto una voz grave a su lado derecho. Como si despertara de un sueño, el baterista parpadeó un par de veces y se encontró con los ojos del vocalista de Monoral, Anis Shimada, en contacto directo.
Aquélla era la celebración por el término de la gira asiática de la banda. Hyde había insistido que Sakura lo acompañara al concierto de clausura, horas atrás, después de aparecer sin previo aviso por la casa del batero con una sonrisa falsa entre los labios y un cierto aire ausente que aún conservaba. Sakura podía reconocerlo a distancia. Lo conocía de años.
Era evidente que Hyde le estaba ocultando algo.
Se aclaró la garganta y dejó el vaso de whisky sobre la mesa. Los trozos de hielo irrumpían la superficie del líquido dorado y mientras sus ojos vagaban en ellos, Sakura se encontró haciendo lo de siempre, cuando lo pillaban con la guardia baja.
Al final, contraatacó movido por el instinto mismo.
- ¿Por qué no debería estarlo?
- No lo sé, dímelo tú- Shimada le sonrió de forma sibilina y su mirada negra vagó por los otros asistentes de la fiesta.- El concierto fue todo un éxito. No hay motivo por el que hoy no debamos celebrar, ¿no lo crees?
Su tono declaraba a leguas que sabía más de lo que aparentaba. Así era Anis Shimada, después de todo. Increíblemente astuto e intuitivo. Uno de los mejores amigos de Hyde y por lejos, el que más se le parecía.
Al retornar a aquel punto, la mirada de Sakura volvió al rostro sonriente y despreocupado del otro vocalista, al extremo opuesto de la sala.
- ¿No crees que se ve un poco extraño?- Shimada comentó de pronto, siguiendo el curso de su mirada. Sakura desvió la vista de inmediato.
- No sé de qué me hablas.
- ¿No?- Anis sonrió - Es curiosa la clase de conexión que se ha forjado entre ustedes. Cuando algo sucede con Hyde, inmediatamente repercute en ti y viceversa. Si eso no es una relación de pareja, la verdad, no sé qué demonios lo es.
Regresó la mirada hacia Sakura y el batero sintió un frío resquemor ante esos ojos híbridos, almendrados.
- Si no lo negaste de inmediato es porque no estoy tan lejos de la realidad, ¿cierto?- conjeturó de nuevo, con ese aire aniñado con el que jugaba a analizar su entorno. Sakura ahogó una maldición entre dientes. Todo sería más fácil si Shimada y Hyde no se parecieran tanto.
- Somos amigos, es todo- se llevó el vaso a los labios y luego agregó, en un susurro oscuro- Ahora, menos que nunca, podría existir algo más entre nosotros.
- Si lo dices por Gackt Camui, su relación con Hyde acabó hace meses.
- No hablo de Camui- casi bufó- Me refiero a Tetsuya Ogawa, el líder de mi ex banda. El flamante ex amante de Hyde… Su actual amante, mejor dicho.
Sus palabras destilaban una amargura que no pudo ni quiso controlar. Por primera vez en años, Anis Shimada pareció quedarse sin palabras. La forma en que su rostro pasó de la hilaridad a una seriedad críptica le dio al baterista la pauta de que la noticia no le había hecho gracia, en lo absoluto.
- Eso no puede ser cierto.
- Lo es. Te lo advertí hace años. Hyde aún quiere a ese imbécil, y lo seguirá queriendo a pesar de todo lo que el hijo de puta le ha hecho.
Lo quiere, y quiere su venganza.
- ¿En qué demonios estaba pensando? –Anis susurró incrédulo, de nuevo, enviándole sendas miradas al propio Hyde, quien reía en compañía de Ali, totalmente ajeno a la conversación que se erigía entorno a ellos- Ogawa está casado, tiene una hija… Hyde no haría algo tan estúpido como entrometerse en un matrimonio, ni mucho menos, si hay niños de por medio.
Había tanta convicción en su voz, que Sakura no pudo evitar sonreír con ironía. Al final, soy el único que lo conoce, pensó, el sabor agrio de la certeza bañándole la boca.
Por primera vez en años, no se sintió afortunado de tener ese privilegio.
- ¿Hace cuánto que están juntos?
- No lo sé, un par de semanas. Un poco más.
- Hace dos semanas Larc-en-Ciel volvió a estar activo, ¿cierto?
- Sí- Esa banda está maldita. Sakura tomó el vaso y lo llevo a sus labios, taciturno, casi sombrío- Es la misma cantidad de tiempo en que los medios de prensa empezaron a especular sobre el término del matrimonio de Ogawa. Pensé que ya lo sabías. No hubo ni un puto periodista de espectáculos que no hiciera dinero a costa de esa noticia.
Anis negó con un gesto, totalmente serio y reflexivo.
- Con lo de la gira hemos estado desconectados del mundo entero. De hecho, sólo hoy Jason nos dijo que Hyde había tenido un accidente en automóvil hace un par de semanas… Dos semanas… ¿Sabes si ese accidente también está relacionado con Tetsuya Ogawa?
Sakura amplió la sonrisa. Tal como Hyde, Shimada era endemoniadamente asertivo.
- Ese imbécil iba manejando, aunque la peor parte se la llevó Hyde. Como siempre.
Bebió un sorbo de su trago y se mantuvieron en silencio por unos segundos, en una escena que resultaba bastante conocida por ambos. Shimada ahogó un suspiro. Sus ojos oscuros pasaron de la figura de Hyde al rostro de Sakura, con una profundidad que lograba estremecer a cualquiera.
- Hagamos de cuenta que tienes razón- propuso, peligrosamente sereno- Puede que Hyde haga la vista gorda y se olvide de todo lo que ha pasado… aún así, ¿pretendes que me crea que no hiciste nada para detenerlo? Por favor, Sakurazawa. Puedes engañar a todos, pero no pretendas engañarme a mí, no a mí…. Recuerda que yo también estuve en Londres y vi todo lo que sucedió con Hyde. Y lo que sucedió también contigo.
- No hables de eso- el batero demandó de inmediato, le envió una mirada pétrea.
Lejos de parecer amedrentado, Anis Shimada esbozó una sonrisa adusta.
- No es un recuerdo grato, pero sucedió, acéptalo. Y porque sucedió sé que no dejarás que Hyde mande su vida al carajo una vez más, cruzado de brazos, como si nada de lo que ha pasado ni de lo que pudiera pasar te afectara, tarde o temprano.
- ¿Qué mierda se suponía que hiciera?- Sakura estrechó los ojos, con fiereza- No tiene diez años, no podemos controlar sus actos.
- En su momento, sí lo hiciste.
- Estaba en riesgo su vida.
- ¿Ahora no lo está?
Se enfrentaron de forma muda y Sakura bajó la mirada, cansino.
- Ya deja de jugar a adivinar el futuro, Sakurazawa. Si le dices a Hyde la verdad, toda esta situación se revertirá, tarde o temprano.
- ¿Lo hará?- el batero adoptó un rictus de ironía- En su momento, ni siquiera Gackt Camui logró que Haido se olvidara de Ogawa... ¿Qué me garantiza que ahora sea diferente?
- La garantía está en que se trata de ti, y no de Camui. Haido te quiere, confía en ti mucho más de lo que confió en él… de lo que puede confiar en nadie más.
- La confianza hace amistades, pero no relaciones de pareja.
- ¿Estás seguro? En cuanto compartes la cama con alguien más, sí, la confianza interviene de manera fundamental- Anis se enderezó en su asiento y miró alrededor, cruzado de brazos, pensativo- Quizás Hyde esté obsesionado con ese bajista, pero no fue él, sino tú, quien iba a verlo todos los días a esa maldita clínica, a cada hora... Y estoy más que seguro que Hyde lo tiene bastante en cuenta.
Sakura negó lentamente. Volvían al tema de los recuerdos y la conocida hiel en su pecho se hacía más densa, como si un puño invisible lo apretara y le robara el aire desde adentro.
Esta vez, el silencio que se expandió entre ellos se asemejó a una tibia niebla que pregonaba una tormenta. Sakura se acabó el trago y dejó el vaso sobre la bruñida superficie de la mesa. Dio una mirada rápida a su alrededor. Las camareras iban y venían con más rondas de comida y bebida a cuestas, pero en todo aquel ambiente de efervescencia, ellos parecían sobresalir al ser los únicos que no reían ni festejaban.
Porque no tenían razones para hacerlo.
- Espérame aquí, ¿vale?- le pidió Anis de pronto, levantándose de forma rauda de su asiento. Sakura volvió la vista hacia él y notó que sus ojos negros seguían los movimientos de Hyde, quien también se había incorporado y ahora cruzaba el salón camino a los balcones.
- Por favor, Shimada, no vayas a hacer nada estúpido- el batero le advirtió entre dientes antes de que el otro se alejara. A manera de respuesta, el alto vocalista sonrió, recuperando la expresión aniñada y de falsa inocencia que había empleado, momentos antes.
- No te preocupes tanto. No voy a hacer ni a decir nada que amerite que el pequeño demonio quiera tu cabeza sobre en una charola de plata, te lo juro.
Con una última sonrisa, Shimada se dio la vuelta y se perdió entre la multitud de gente que atestaban el lugar, hasta que su figura alta y espigada dejó de verse por uno de los pasillos aledaños. Sakura siguió el recorrido con la mirada. Momentos después, le hizo una seña a una de las camareras y pidió una botella de tequila.
No iba a emborracharse, pero sí necesitaba algo fuerte que le diera ánimos para sonreírle a Hyde en cuanto el vocalista regresara y Sakura tuviera que fingir que todo estaba bien. En orden. Tranquilo.
Una mentira, naturalmente.
Anis, por su parte, siguió la pista de Hyde por los pasillos intrincados del bar hasta que lo encontró reclinado en un balcón que daba vista a los jardines, fumando en silencio, totalmente absorto en la contemplación del último cuarto de la luna menguante. Se acercó tratando de no hacer ruido. Un poco más cerca, pudo comprobar que la expresión de Hyde era mucho menos alegre a la que había mostrado momentos antes, al abandonar la fiesta.
- ¿Qué haces aquí, tan solo, Takarai?- le preguntó en voz baja. Como si despertara de un sueño, Hyde parpadeó un par de veces y se volteó en su dirección. Le sonrió casi por inercia.
- Me acabas de dar un susto de muerte, no te escuché llegar.
- Será que con los años te has vuelto más distraído- Anis se encogió de hombros con simpleza, aunque pronto añadió, mucha más insidioso: - O bien, que ya no tienes ojos para mí, como sí los tenías antes.
La nota de desilusión en su voz fue tan palpable, que el otro vocalista no pudo menos que reír de forma suave y negar con un gesto.
- No sé con qué cara me reclamas. Me invitas a cantar contigo, pero luego te pasas toda la noche hablando con Sakura. Eres un cretino.
Así que te diste cuenta, los ojos negros y almendrados de Anis se entornaron con sospecha, aunque su voz no perdió el tinte de broma.
- ¿Estás celoso, Takarai?
- Por supuesto que lo estoy. No cometí la estupidez de besarte en público para que ahora me ignores.
- Pensé que lo habías hecho por publicidad.
- ¿Crees que beso a la gente sólo para vender más discos?
- Eres mi jefe, ¿tengo que responder a esa pregunta?
Hyde negó, sonriendo. El viento nocturno removía su cabello y la oscuridad de la noche realzaba su piel pálida, hasta hacerlo ver casi onírico.
- ¿Por qué no me lo habías dicho?- Anis le cuestionó de pronto, notablemente más serio. Hyde arrugó el ceño.
- ¿Decirte qué?
- La verdad: volviste con Larc-en-Ciel.
No era una pregunta.
El otro vocalista le sostuvo la mirada. Sus ojos parecieron retomar el matiz de desdén que Anis había notado momentos antes, cuando lo había encontrado solo en los balcones.
- Supongo que no lo consideré un asunto importante- respondió, lacónico, mientras volvía la vista al aspecto sombrío de la noche- Se trata de trabajo, nada más. Y si por mí fuera, no tendría mayor relación con esa compañía, te lo aseguro.
- Cuando hablas de la compañía, también incluyes a los miembros de Larc-en-Ciel.
- Desde luego- Hyde le sonrió de forma gélida- Si vas a preguntar por Tetsuya, hazlo pronto y no sigas con los titubeos, ¿quieres?
Fiel a su estilo, el vocalista lo retó de forma muda y Anis también se encontró sonriendo, en tanto los ojos de Hyde se entornaban con un brillo azul que se le antojó, por demás, extraño. Inquietante.
- ¿Cómo han ido las cosas con él?
- No me puedo quejar.
- Supe por la prensa que está tramitando el divorcio.
- ¿Te lo dijo la prensa o lo dijo Sakura?- Hyde esbozó una sonrisa irónica- Ustedes se han vuelto muy amigos, por lo que veo.
- Las circunstancias unen o separan a las personas. Tú deberías saberlo mejor que nadie.
La sonrisa de Hyde pareció vacilar un poco. Desvió la vista nuevamente y eligió sus palabras de forma cuidadosa, antes de decirlas en voz alta.
- Tienes razón. Sakura no sería como mi hermano si no nos hubieran unido las circunstancias... Las malas circunstancias.
- Lo quieres mucho.
- ¿No es evidente?
- Él se preocupa demasiado por ti, Haido. Es reservado, pero se nota a leguas que lo hace. ¿Por qué?
Había una clara doble lectura en aquellas palabras y Hyde suspiró, con la tristeza profanando su careta de fría tranquilidad.
- Le he dado algunos motivos, supongo-conjeturó, un tanto lúgubre. Anis se cruzó de brazos.
- ¿Tiene que ver con tu regreso a Larc-en-Ciel?
- Volvemos al tema.
- No hay necesidad de que estés con esa banda. Tienes tu propio sello, fans que te seguirían a cualquier parte… no necesitas volver y reencontrarte con personas que no has visto en años, que no quieres volver a ver.
- Que me moleste ver a Tetsu no significa que no tolere a mis otros compañeros de banda.
- Tetsuya Ogawa es Larc-en-Ciel. Es lo único que te importa.
- Tú me crees estúpido, ¿cierto?- Hyde entornó los ojos con fiereza- ¿Insinúas que volví a la banda sólo porque quería ver a Tetsu?
- ¿Y no fue así?
- No- se alejó- Lo que haga ese imbécil o lo que deje de hacer me tiene sin importancia. Aprendo de mis errores, te lo aseguro. Y no volveré a cometer el mismo error dos veces.
Le sonrió de nuevo, dando la conversación por zanjada. “No me obligues a mentirte” parecían gritar sus ojos de un azul oscuro atípico, mientras hacía el ademán de regresar hacia el salón principal y Anis lo seguía en un silencio asfixiante, sintiendo en todo el cuerpo el contacto con aquella barrera invisible que el otro vocalista erigía cuando quería que lo dejaran en paz. Solo. Sin más compañía que sus múltiples secretos.
-Y bien, ¿pudiste satisfacer tu curiosidad?- le preguntó Sakura luego de un rato, en cuanto Hyde anunció que debía marcharse y el baterista pudo escabullirse hasta su lado, sin el riesgo de levantar mayores sospechas.
Anis se mantuvo serio y con la mirada fija en Hyde, quien se despedía del bajista de Monoral con una naturalidad escalofriante.
- Tal vez… Aunque su silencio fue mucho más elocuente que sus palabras.
- No conseguirás nada mejor de él ahora- Sakura también siguió con la mirada la despedida entre Hyde y Ali y luego agregó, casi como si hablara consigo mismo - Esto es lo que ocasiona que tenga a Ogawa cerca: que desconfíe de todos y piense que todos lo van a traicionar. Tal como hizo ese hijo de puta hace años.
Atento en su reflexión como estaba, no notó cuando Shimada pasó la mirada de Hyde hacia él, con una seriedad que rayaba en la profecía.
- Es algo innecesario que te lo pida, tú eres el que siempre ha velado por su seguridad. Pero, por favor, Sakura, trata de que no cometa más locuras, ¿vale? Odiaría verlo destrozado de nuevo.
Sakura le devolvió la mirada. No podía evitar sentir un pesar en la base del estómago.
- No más que yo, Shimada – respondió en el momento exacto en que Hyde, del otro extremo del salón, volteaba la vista a hacia ellos- Créeme… no más que yo.
El vocalista les sonrió mientras se aproximaba. Aquella sonrisa estaba en total contraste al ambiente lúgubre que se había generado, de todas formas, Sakura se encontró devolviendo el gesto. Siempre a medias.
- No tienes porqué irte conmigo- le aseguro Hyde en cuanto Sakura hizo el amago de marcharse junto a él, palabras a las que el batero respondió con una mirada que declaraba a leguas que no admitiría réplicas. Anis sonrió mientras veía el intercambio de voluntades y luego se acercó a Hyde, para limar asperezas con un gran y afectuoso abrazo.
“Cuídate” le susurró al oído, a lo que Hyde sólo sonrió y asintió con un gesto.
Ojalá y pudiera
Una vez que estuvieron afuera y mientras caminaban al lugar donde Sakura había aparcado la motocicleta negra, Hyde se volvió hacia él y su sonrisa perdió algo de consistencia.
- Estuvieron hablando de mí, ¿cierto?
- No sé a qué te refieres- mentira a medias. Sakura sacó las llaves de la Harley Davidson y siguió el camino, evitando devolverle en todo momento la mirada.
Si lo hacía, estaba perdido. La máscara impasible se caería a pedazos frente a los ojos penetrantes de Hyde.
- Anis estuvo haciéndome algunas preguntas. No lo dijo abiertamente, pero me dio a entender que sabía que yo había vuelto con Tetsu.
- Shimada es lo suficientemente inteligente como para sacar sus propias conclusiones. Pensé que lo tenías bastante claro- el batero respondió lacónicamente. Por el rabillo del ojo, vio que la expresión de sospecha de Hyde había mitigado hasta no ser más que una sombra de preocupación- Sería mucho más fácil si le dices la verdad.
- De ninguna manera. No quiero involucrarlo en todo esto.
- ¿No confías en él?
- Claro que sí, pero…- suspiró.- Anis ya se preocupó demasiado por mí en el pasado, no es justo que lo haga pasar por lo mismo de nuevo. Y de hecho, si no fuera porque no puedo mentirte, tampoco te diría nada de lo que pienso hacer con Tetsuya. Te lo aseguro.
Hyde se detuvo al lado de la motocicleta, manos en los bolsillos, con tal expresión de tristeza que Sakura no pudo menos que sonreír de nuevo. El baterista se sacó la chaqueta de cuero y se acercó para colocarla rodeando sus hombros. Hyde levantó una ceja. Después, sonrió.
Estaban bastante cerca, lo suficiente como para que Sakura pudiera sentir el aroma fresco de su cuerpo, el roce de su aliento, una caricia cálida e incitante que le enviaba descargas de adrenalina pura desde el pecho hasta la punta de los dedos.
Si tan sólo pudiera
- Póntela y súbete detrás de mí- le pidió de nuevo lacónico, separándose antes de tentar por demasiado tiempo su templanza. Mientras el vocalista se colocaba la chaqueta de cuero, Sakura se montó en la Harley Davidson y encendió el motor, provocando que la motocicleta cobrara vida y rugiera bajo sus piernas.
Con fuerza, como los rugidos de su propia sangre. Un cause que corría demasiado rápido y que se aceleraba en momentos como ése, en que Hyde subía detrás de él y lo tomaba con fuerza del torso.
-Volemos, como en los viejos tiempos- le susurró el vocalista al oído. Sakura odió no tener la libertad de dar vuelta el rostro y atrapar las notas de esa voz aterciopelada con sus labios.
- Agárrate fuerte y trata de no marearte.
- No me amedrenta la velocidad. Eso ya deberías saberlo.
El batero simplemente sonrió, mientras se ponían en marcha y comenzaban a recorrer a gran velocidad las calles tortuosas de Tokio. Caminos plagados de bifurcaciones irregulares, como el cuerpo largo y dúctil de una serpiente, letales como una. “Dobla a la derecha” se alzó la voz grave de Hyde por sobre el ruido de la velocidad y, aunque aquella no era la dirección correcta para llegar a su departamento, Sakura adivinó sus intenciones y tomó la ruta que conducía a las afueras de la ciudad. Una ruta que tenía su fin en un lugar bastante conocido por ambos: la ruta número seiscientos sesenta y seis.
El lugar hacia donde solían escapar de jóvenes. Como en los viejos y siempre mejores tiempos.
- La noche aún es virgen, sería una pena desperdiciarla- comentó Hyde con una sonrisa deslumbrante, una vez que Sakura aparcó a un lado de la carretera y el vocalista se desmontó de la moto con la mirada fija en las estrellas.
Aún montado en la Harley Davidson negra, Sakura observó a Hyde levantar el rostro, cerrar los ojos y embriagarse de toda esa calma.
- ¿Quieres que te lleve a otra parte?
-¿Qué sugieres?
- Que me digas la verdad- Hyde abrió los ojos y lo observó a la distancia- ¿Qué mierda está pasando con Ogawa? No creas que no lo he notado… llevas toda la maldita noche escapando de él.
Impasible, Hyde pestañeó y bajó los brazos. Corría el viento frío que presagiaba el invierno y, mientras las copas de los árboles se movían siguiendo la dirección de aquel viento, el cabello largo, oscuro como el ala de un cuervo del vocalista cubrió parcialmente su rostro.
- ¿Qué te hace pensar que sucedió algo con él?- repuso rayando la simpleza. Sakura sonrió, mucho más insidioso. Desde un principio había intuido que aquella sería la respuesta.
O bien, el método para evadirla.
- Si pudieras desdoblarte y ver tu cara cuando lo nombras, sabrías porqué te lo pregunto.
- Soy un libro abierto ante tus ojos, ¿no, Sakurazawa?- lejos de parecer molesto, Hyde sonrió también y se acercó a pasos cortos a la motocicleta. Contando cada uno de aquellos pasos, como un niño. Sonreía como uno.
- ¿Acaso el cordero se está escapando de tus manos?- conjeturó el baterista entonces, antes de que Hyde se escondiera en su mutismo y dejara que los cuestionamientos se escaparan por la misma dirección en que corría el viento. Hyde volvió a sonreír, ahora, manos en los bolsillos. Resguardándose de la fría brisa nocturna dentro de la chaqueta de cuero que Sakura había puesto minutos antes, sobre sus hombros.
- El cordero estaría dispuesto al sacrificio si yo se lo pido. Se siente demasiado culpable como para darme un no como respuesta.
- ¿Entonces?
- Entonces… no lo sé. Supongo que desearía que realmente fuera un animal y no un humano- suprimió una risa oscura y levantó la mirada, provocando un ligero estremecimiento en el baterista- Sería fantástico si sólo pudiera arrancarle la piel a tiras y de paso acabar con toda esta mierda. Pero el maldito no es un animal y piensa, desea, razona... la culpa lo amarra a mí, pero su tan afamado deber moral lo tiene bajo las faldas de su ex esposa. ¿No es estúpido como funciona la mente humana?
- Todo esto se resume en Ayana.
Tal como en su conversación con Anis, aquella no era una pregunta.
- Me consta que la viendo y no me da la puta gana que lo haga. Quizás son celos, pero más es ira… no quiero que la vea. Y no la volverá a ver. Te lo juro.
Hyde entornó los ojos con cierta hilaridad amarga. Al final, todo intento de ocultar sus emociones había sido en vano.
- Esta estúpida venganza te está matando- el susurro de Sakura no hizo más que confirmar lo evidente. Las luces de los autos iluminaban ocasionalmente la instancia y Hyde se rió. Sakura hubiera preferido que no lo hiciera.
- Soy patético. Puedo engañar a todos, pero jamás podré engañarme a mí mismo.
- Escúchame- el batero lo tomó por los hombros y lo hizo levantar la mirada- Entiéndelo de una maldita vez, porque no tendrás muchas oportunidades para arrepentirte más tarde. Aún estás a tiempo de detener todo esto, no tienes porqué seguir pretendiendo que ese hijo de puta te interesa. Déjalo. Ve y busca a tu hijo, lárgate de esta ciudad de mierda… vámonos juntos, Hyde. Nada ni nadie nos detiene acá.
Se le cerró la garganta. Aún sonriente, Hyde se separó y negó con un gesto.
- No puedo.
- ¡Claro que puedes! ¡Puedes y debes hacerlo!
- No- recrudeció la voz, hasta asimilar un susurro viperino- Hisashi está mejor sin mí y yo no voy a estar bien hasta que no destruya a Tetsuya. Con mis propias manos. Me lo debe.
Aquel era el juramento de siempre, Sakura lo supo en cuanto las palabras cesaron y los ojos de Hyde lo ahogaron en su intensidad, con un súbito brillo azul que se asemejaba al brillo de la luna, influenciando en el cause creciente de las mareas. Las aguas que se adivinan en los ojos de Hyde no eran más que los fluidos propios del odio y Sakura maldijo por incontable vez la presencia de Tetsuya Ogawa en sus vidas. Como una sombra.
La sombra que influía en la vida de ambos.
- Haz lo que quieras- accedió finalmente, con una cuota amarga de derrota que le fue imposible de ocultar. La mirada de Hyde perdió fuerza y hasta pareció apenada ante su declinación tan rápida- No te voy a obligar a nada, pero no esperes que te aplauda cuando consigas mandar tu vida a la mierda. Porque eso es lo que sucederá, más temprano que tarde.
- Sakura…
- Basta- el baterista le envió una mirada oscura y regresó a la Harley Davidson, se montó en ella y aferró con firmeza las manillas, como si pudiera destrozar barreras de aire con la presión entre sus dedos- Te llevaré con ese imbécil. A final de cuentas, es lo único que has querido toda la noche.
En silencio, Hyde siguió la huella de sus pasos y se subió detrás de él. Sin embargo, antes de que Sakura pusiera la motocicleta en marcha, el vocalista lo envolvió en un abrazo y acercó los labios a su oído.
- Te equivocas en algo- le susurró, a penas rasgando el aire.- Lo único que he querido toda la noche es que algo o alguien me haga olvidar que debo volver con él.
Sakura apretó la quijada y tomó aire lenta, profundamente. El aliento cálido de Hyde impactaba en su piel y su voz grave actuaba como un bálsamo. Una melodía que anestesiaba sus sentidos, sin embargo…
No puedo creerte
Encendió el motor. Hyde se aferró con fuerza de su torso y lo hizo maldecir entre dientes.
Todo sería más fácil si no lo quisiera tanto.
***
Una noche tormentosa, no podía calificarla de otra manera. Largos y tormentos minutos transformados en horas, repletos de angustia e inseguridad y recuerdos que no lo habían dejado dormir, ni mucho menos, estar tranquilo. A eso de las tres de la mañana, Tetsu decidió que se volvería loco si seguía esperando en estado de inercia. Tomó una chaqueta, las llaves del departamento, se prestó a salir y entonces lo vio, del otro lado de la puerta.
Los ojos oscuros del vocalista lo observaron con cierta diversión.
- No esperaba encontrarte despierto a estas horas- comentó, a medio camino entre la risa y el desdén. Sin mayores comentarios pasó a su lado y entró al departamento como si nada, como si aparecer de madrugada, sin dar señales previas de vida, fuera cosa de todos los días.
Aún debajo del umbral de la puerta, Tetsuya se dio vuelta y siguió sus movimientos con la mirada.
- ¿Dónde estabas?- preguntó con voz grave. Hyde se quitó la chaqueta de cuero y la dejó en el respaldo de una silla. Luego, le devolvió la mirada y sonrió, rayano en la indiferencia.
- Por ahí. Tenía que hacer algo mientras tú aparecías.
- ¿Cómo?- Tetsuya entornó los ojos. Cerró la puerta con calculada fuerza y a través del silencio, el sonido del cierre pareció extenderse entre ambos.
De manera inmediata, envió una mirada rápida a la prenda que descansaba en el dosel de la silla, burlesca en la obviedad de su procedencia. “Sakura”, pensó, todo el alivio que había sentido al ver a Hyde se volvió inquietud e ira pulsante.
- No pongas esa cara- le espetó el vocalista ácidamente-. Cuando llegamos de la compañía me di cuenta que no traía las llaves. Decidí esperarte, pero jamás apareciste. ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Esperarte eternamente afuera de la puerta?
- Tuve una emergencia- Tetsu se defendió de inmediato.- Te llamé al celular pero no contestabas.
Estabas con él, con Sakura
- No contesté porque el móvil se quedó sin batería. Si tanto interés tenías en avisarme, debiste subir al departamento.
- No me dio tiempo de hacerlo- en parte era verdad. Tetsuya arrugó el ceño y se cruzó de brazos, algo en su pecho se removió con desconcierto cuando Hyde lanzó una risita de ironía.
- Entonces, debemos atribuir esta noche de mierda a las casualidades y a la simple mala suerte. Fin del asunto.
El vocalista aún conservaba la sonrisa cuando se alejó por el pasillo, sin mediar mayores argumentos. Iba hacia el baño y Tetsu lo siguió como una sombra, silencioso, rumiando ira y preocupación y algo que no podía identificar bien, pero que estaba viciando el aire alrededor de ambos. Vio a Hyde inclinado en el lavamanos mientras el agua corría por su rostro y su cabello largo. Consciente del escrutinio, el vocalista le devolvió la mirada a través del vidrio del cristal y entonces Tetsu estuvo seguro.
De alguna forma, Hyde sabía que había visto a Ayana.
- Aún no me lo has dicho, ¿dónde estabas?- Tetsu le repitió con voz trémula, producto de la sospecha y una extraña necesidad de defensa. El vocalista hizo una mueca similar a una sonrisa. Se secó el cabello con una toalla y lo encaró, sin una pizca de arrepentimiento.
- No lo sé… ¿dónde estabas tú?
Ironía. Quiso nuevamente emprender la retirada, pero antes de que pudiera ir lejos Tetsu lo tomó del brazo y lo arrinconó contra la pared fría de cerámica.
- No juegues conmigo- le susurró cerca de los labios. Hyde lo apartó con un movimiento brusco.
- El único que está jugando a armar una escena eres tú, Ogawa, no yo.
- Estabas con Sakura, ¿cierto?- prosiguió sin escuchar sus argumentos. Ahora sí, Hyde sintió que un escalofrío le recorría la espina dorsal. ¿Quién mierda se creía Tetsuya que era?
- Si así fuera, ¿qué? ¿Tienes algo que reprocharme?- se acercó a su rostro y su expresión se hizo férrea, de frío resentimiento. “Te fuiste con esa niña y no tienes los cojones para reconocerlo”, parecían gritar sus ojos y Tetsuya se separó, de nuevo, preso de aquella extraña certeza.
Hyde lo sabía
- Ya me cansé de todo esto. Si quieres seguir con el interrogatorio, hazlo mañana, pero por hoy, ya he tenido más que suficiente
Le envió una última mirada desafiante antes de alejarse a la recámara, Tetsu ya no sintió fuerzas para detenerlo una segunda vez. Lo siguió con la vista hasta que el sonido de la puerta le indicó que se había encerrado. Mientras el silencio volvía a apoderarse de aquella instancia repleta de recuerdos, Tetsuya sintió un frío resquemor, como si adivinara la presencia de un fantasma.
Hyde sabía de su encuentro con Ayana.
No podía imaginar cómo, pero esos ojos no mentían. Oscuros, con ligeros tintes azules que lo desconcertaban. Hyde lo miraba con desconfianza y con resentimiento velado y, aún si no lo sabía con certeza, olía su miedo a distancia.
Me estás ocultando algo… tal como entonces
Súbitamente, sintió que el peso de la velada caía como un peso sobre sus hombros. Se retiró del baño para ir de nuevo a la sala, para dejarse caer en uno de los sillones y ocultar el rostro entre sus manos, cansado. Inseguro de todo y más aún, de sus propios actos.
¿Quieres salir corriendo? Si te da miedo estar con él, ¿no sería mejor volver con Ayana?
Había estado toda la noche esperando la llegada de Hyde, necesitando contarle la conversación con la que había sido su esposa. Sin embargo, en cuanto lo había visto llegar, Tetsuya había sentido una necesidad inexplicable de que Hyde no lo supiera. Algo dentro de él estaba en alerta. El mismo sentimiento que había experimentado hace tres años, cuando no sabía cómo decirle que ya no quería seguir con él. Que ya no podía seguir con él.
Aunque ahora sí estaba seguro que quería seguir con Hyde.
Suspiró. El reloj daba las tres y media de la mañana y Tetsu ancló su vista en la chaqueta negra de Sakura, la que sólo lograba aumentar el caudal de sus malestares.
Definitivamente, no iba a poder conciliar el sueño en toda la noche
- Ya me cansé de todo esto. Si quieres seguir con el interrogatorio, hazlo mañana, pero por hoy, ya he tenido más que suficiente
Le envió una última mirada desafiante antes de alejarse a la recámara, Tetsu ya no sintió fuerzas para detenerlo una segunda vez. Lo siguió con la vista hasta que el sonido de la puerta le indicó que se había encerrado. Mientras el silencio volvía a apoderarse de aquella instancia repleta de recuerdos, Tetsuya sintió un frío resquemor, como si adivinara la presencia de un fantasma.
Hyde sabía de su encuentro con Ayana.
No podía imaginar cómo, pero esos ojos no mentían. Oscuros, con ligeros tintes azules que lo desconcertaban. Hyde lo miraba con desconfianza y con resentimiento velado y, aún si no lo sabía con certeza, olía su miedo a distancia.
Me estás ocultando algo… tal como entonces
Súbitamente, sintió que el peso de la velada caía como un peso sobre sus hombros. Se retiró del baño para ir de nuevo a la sala, para dejarse caer en uno de los sillones y ocultar el rostro entre sus manos, cansado. Inseguro de todo y más aún, de sus propios actos.
¿Quieres salir corriendo? Si te da miedo estar con él, ¿no sería mejor volver con Ayana?
Había estado toda la noche esperando la llegada de Hyde, necesitando contarle la conversación con la que había sido su esposa. Sin embargo, en cuanto lo había visto llegar, Tetsuya había sentido una necesidad inexplicable de que Hyde no lo supiera. Algo dentro de él estaba en alerta. El mismo sentimiento que había experimentado hace tres años, cuando no sabía cómo decirle que ya no quería seguir con él. Que ya no podía seguir con él.
Aunque ahora sí estaba seguro que quería seguir con Hyde.
Suspiró. El reloj daba las tres y media de la mañana y Tetsu ancló su vista en la chaqueta negra de Sakura, la que sólo lograba aumentar el caudal de sus malestares.
Definitivamente, no iba a poder conciliar el sueño en toda la noche
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