Capítulo 22
Dulce grana





- ¿En qué demonios estabas pensando, Hideto Takarai?- vociferó el representante a primera hora de la mañana, no en son de dar los buenos días. Los estaba esperando sentado a la cabeza de la gran mesa que hacía de sala de reuniones, con una hoja de periódico doblada en su regazo y una taza de café cargado a su lado.

Hyde lo observó sin inmutar su expresión y Tetsu arrugó el ceño, mientras cerraba la puerta a su espalda. Ni Yukihiro ni Ken habían llegado y Hyde casi los envidió. Al menos, ellos no tenían que escuchar gritos a las nueve de la mañana.

- ¡Firmaste una cláusula de exclusividad, por el amor de Dios! ¿Sabes en la clase de problemas en que nos puedes meter? ¿Lo sabes?

- Ya basta, Sakano, por favor- Tetsu intervino rápido, sentándose a su lado derecho en la mesa. Sus ojos castaños pasaron de los titulares del periódico al rostro iracundo del representante.- Antes de seguir con tus gritos, ¿nos puedes decir qué es lo que pasa?

Aún respirando agitado, Sakano apretó los labios en una línea fina, observó ceñudo a Tetsu y luego al vocalista, quien se había sentado al lado del líder con una tranquilidad que rayaba en la indiferencia.

- Tú no lees los diarios de este país, ¿cierto?- repuso mordazmente y antes de que Tetsu pudiera continuar, siguió, en un tono irónico dirigido en su totalidad a Hyde.- O más bien, el ilustre Hideto Takarai no da cuenta de sus actos a nadie. Ni siquiera a ti, Tetsuya, que eres… bueno, ya sabes.

Su amante

El bajista desvió la mirada hacia Hyde y éste se la devolvió con desgana, en respuesta a su muda pregunta.

- ¿Por qué no eres más explícito?- terció con voz monótona. Tetsu tuvo el ligero presentimiento que había previsto aquellos reclamos y no le molestaban, en lo absoluto.

- ¡No te hagas el cucho conmigo, Takarai! Acaba de salir una linda reseña en todos los periódicos anunciando tu vuelta a los escenarios, ¡y lo que es peor, con una banda que no es la tuya!

- ¿Cómo?- Tetsuya entornó los ojos y esta vez, miró a Hyde con el desconcierto impreso en sus facciones.

Totalmente tranquilo, Haido le sonrió.

- Se refiere al concierto de Monoral- aclaró de forma casi anecdótica - La banda acabó su gira con una presentación en Tokio y bueno… hasta ayer, habían pasado tres años desde que no me subía a un escenario. No pude negarme cuando Anis me hizo la invitación. Lo entiendes, ¿verdad?

Fue tu culpa

- ¡Pero firmaste una cláusula de exclusividad!- repitió el representante antes de que Tetsu pudiera hablar. Esta vez, Hyde le envió una mirada mucho más seria. Pétrea.

- Sé lo que firmo y lo que no, muchas gracias. No es necesario que me lo recuerdes cada cinco minutos- declaró, tajante e implacablemente- Si la compañía me quiere demandar por incumplir un contrato, adelante, que lo hagan. No me siento culpable por hacer aquello que les ha generado tanto dinero desde hace años: cantar... sobre todo, porque después de todo el tiempo que he pasado lejos de los escenarios, realmente me moría por hacerlo.

Acabó sus palabras observando a Tetsu a los ojos, en un gesto deliberado por transmitir un segundo mensaje: "cuando te casaste dejé de cantar, ¿tienes el descaro de hacer reproches?”. El bajista sintió que se hacía un nudo en su garganta. Después de la discusión que habían tenido durante la madrugada, Hyde y él a penas se habían dirigido la palabra y ahora sucedía eso: un incidente que le recordaba las consecuencias de su otrora infidelidad.

Como si Tetsu necesitara mayores recordatorios.

- Si la compañía presenta quejas, yo mismo me ocuparé de hablar con los representantes - concluyó el bajista con voz tranquila, una que usaba para resolver los asuntos más importantes de la banda, pero que dictaba del tono de sus pensamientos.

A su lado, Sakano hizo un ruido de incredulidad, mientras Hyde cristalizaba su máscara incólume con la sombra de una sonrisa.

- Jamás podrás ser imparcial cuando se trata de él, ¿cierto?- repuso el representante en un susurro de ultratumba minutos después, cuando todos los integrantes de la banda estuvieron reunidos entorno a la mesa y pudieron compartir un par de palabras antes de comenzar el ensayo.

Mientras observaba a Hyde hablar con Yukihiro, Tetsu sonrió lacónico, con cierto aire de culpa.

- Lo que interesa ahora es que nos concentremos en el concierto aniversario, nada más… Los otros asuntos será mejor que queden en un segundo plano, al menos, de momento.

Estaba reflexionando en voz alta y al notarlo Sakano chasqueó los dientes, tomó el último sorbo de café que quedaba en su taza y se masajeó las sienes, en un gesto de evidente cansancio.

- Que Dios te escuche, Tetsuya Ogawa- dijo, en un susurro algo agónico.- Créeme que rezo todos los días para que Dios y cierto demonio, te escuchen más seguido.




***

Porque los milagros existen y ya habían tenido una mañana bastante mala sin la necesidad de empeorarla, ninguno de los miembros se opuso a llevar a cabo el concierto aniversario de la forma en que Hyde había propuesto el día anterior. Esa que había generado más de un conflicto entre ellos, en especial, entre el vocalista y el guitarrista de la banda.

- Sigo pensando que es una soberana tontería, pero vale… hagan lo que quieran- había accedido un Ken Kitamura bastante escueto a la hora de la votación, cortante y casi bufando, como era su costumbre cuando estaba furioso y fastidiado. Aún así, el solo hecho que no se pusiera a vociferar como loco esperando ser escuchado al menos tres pisos más abajo había arrancado un suspiro de alivio por parte de Tetsu, una mirada de simpatía de Yukihiro y un gesto de escepticismo de Hyde, quien se había imaginado todo de su parte, menos una claudicación tan rápida.

Casi dócil. Como si algo o más bien, alguien estuviera dulcificando paulatinamente su carácter. Lo que una vida, ni tres esposas ni incontables romances habían logrado antes.

- Es evidente que lo estás subestimando- opinó Yukihiro con cierta hilaridad en cuanto se disponían a comenzar el ensayo y Hyde se mantuvo de pie un lado de la batería, mientras terminaban los ajustes técnicos - Ken tiene un carácter fuerte, eso es innegable. Pero es una persona bastante sensata cuando se toma el tiempo de analizar los asuntos con altura de miras y no en caliente, como ambos estaban ayer.

Cruzado de brazos, Hyde arrugó el ceño mientras miraba alrededor. Específicamente, a cierto guitarrista que estaba siendo objeto de su sospecha.

- Créeme: hasta que la última canción del concierto acabe, no voy a respirar tranquilo ni mucho menos fiarme de su “sensatez”, como tú la llamas.

Absorto en la reflexión, no notó que Yukihiro lo observaba con el ceño ligeramente fruncido, maniobrando de forma despreocupada con las baquetas.

- ¿Crees que pueda tener algún conflicto con los miembros antiguos de la banda?- preguntó. Hyde hizo una mueca que simulaba ser una sonrisa.

- Eso dalo por seguro- dictaminó, casi riendo- Tú no conoces del todo a Ken, Yukihiro… cuando nuestros queridos ex compañeros pongan un pie en esta compañía, no vacilará en demostrar quién es el que manda y la posición en que ellos regresan… Lo que en realidad me desconcierta es que parece tener un problema también con Sakura. Ya lo viste ayer: se niega a aceptar que vuelva y, por más que lo pienso, no puedo adivinar el porqué.

- No entiendo a qué te refieres- lejos de caer en el tono de insidia, Yukihiro se mostró bastante serio. Peculiarmente serio.

Hyde negó con un gesto.

- Sakura es su hermano del alma, es su hermano de juergas. Quizás no siente por él ese cariño filial que sí siente por Tetsu, pero aún así, desde que Sakura arribó a Osaka y llegó a Larc-en-Ciel ellos han sido prácticamente inseparables. Nada ni nadie los había podido enemistar hasta ahora, ni siquiera las circunstancias por las que Sakura dejó la banda. Y ahora sucede esto: Ken parece furioso con la sola idea de que regrese… Dirás que estoy exagerando, pero no deja de parecerme bastante extraño.

La voz del vocal se perdió en la reflexión y Yukihiro respetó ese silencio, más que nada, porque no sabía exactamente qué decir sin caer en una mentira.

¿Qué pensaría Hyde si supiera que la respuesta que buscaba estaba allí mismo, frente a sus narices?

“Nada ni nadie los había podido enemistar, hasta ahora”

- Si Ken y Sakura tienen un problema, es mejor que lo arreglen ellos, ¿no lo crees?- repuso al final sintiendo, en parte, una culpa que se merecía. Hyde regresó la mirada hacia él, con un ligero tinte de desconcierto - Entiendo que estés preocupado por ambos, pero son adultos. Y no creo que lleven sus conflictos personales al trabajo.

- Ken ya lo hizo ayer.

- Pero se retractó hoy y eso es lo que importa.

Compartieron una mirada indescifrable por algunos segundos y luego Hyde esbozó una sonrisa, un poco más alegre que la que había mostrado antes.

- Está dicho, el único que piensa con la cabeza fría en esta maldita banda no es Tetsuya, sino tú- dijo, con la reverencia de quien evidencia un milagro. El baterista rió suavemente y ahora fue él quien negó con un gesto, un tanto sombrío.

Te sorprendería saber qué tan poco puedo pensar en frío, Hyde… Realmente. Te sorprenderías.

Antes de que pudieran seguir hablando, Tetsuya se acercó hasta donde ellos estaban y se dirigió hacia Hyde con semblante impasible.

- ¿Podemos hablar?

- Claro- Hyde miró a Yukihiro con algo de disculpa y siguió los pasos del bajista, los que los condujeron a la salida de la sala.

Una vez en el pasillo, el bajista se dio vuelta y lo observó con seriedad.

- ¿Por qué no me dijiste que habías tocado con Monoral?

- ¿Me sacaste del ensayo sólo para interrogarme?

- Lo que hiciste te puede meter en un lío, y lo sabes.

La escena parecía sacada de tiempos pasados. Hyde suspiró, bastante hastiado.

- Tuve suficiente de sermones con los que me dio Sakano hace un rato, créeme. Si querías unírtele, lo hubieras hecho cuando llegamos, pero no me vengas con reclamos ahora.

Le envió una mirada de fiereza y Tetsu apretó los labios. Observó alrededor. Su expresión se quebró en un suspiro ahogado.

- No quiero que discutamos de nuevo- dijo y Hyde tuvo la sensación de que había cierto pesar más allá de las palabras- Si te saqué del ensayo fue porque me acaban de confirmar una noticia. Quería que lo supieras por mi boca.

- Te escucho.

El semblante de Tetsu volvió a la seriedad.

- Sakano hizo un par de llamados previendo que aprobaríamos tu propuesta. Lamentablemente, no obtuvimos buenos resultados.

- ¿A qué te refieres?- Hyde arrugó el ceño.

La expresión en el rostro de Tetsu le dio la pauta de que nada bueno se vendría.

- Se trata de Hiroki, Hiro. Quiere que vaya a Osaka a explicarle el proyecto en persona. Sólo yo... Y si no lo hago se negará a hablar con la producción, ya lo dejó bastante claro.

- ¿Cómo?-el vocalista estrechó los ojos en un gesto incrédulo, el mismo que repetiría Ken Kitamura más tarde, un piso más arriba, una vez que el representante los reunió para anunciar la noticia.

Los ojos de Ken lo observaron se fijaron en Tetsu entre el enfado y la risa.

- ¿Ese idiota piensa que le vamos a rogar o qué?- bufó, indignado. Hyde le envió a Tetsu una mirada rápida y Yukihiro se cruzó de brazos, atento, como era su costumbre.

- No sabemos con exactitud lo que quiere para comenzar a negociar. Por eso viajo mañana, para escuchar sus peticiones.

- Él es el que tuvo el problema contigo hace años, ¿cierto?- le preguntó Yukihiro a Tetsu. El líder de la banda asintió, sin parecer feliz con el recuerdo.

- Desde que estábamos en la secundaria, Hiroki ya era todo un encanto- terció Ken ácidamente, cruzado de brazos y fumando de forma cuasi compulsiva, como si tuviera el pescuezo del guitarrista que lo había precedido entre sus dedos y no la colilla humeante del cigarro- Un pedante de primera… nunca pude entender cómo se te pasó por la cabeza incluirlo en la banda, habiendo tantos tipos con talento y mucho menos orgullo- repuso, mirando a Tetsu con cierta condescendencia. El bajista ahogó un nuevo suspiro. Uno de tantos.

- Era un buen músico y compositor, independiente de su carácter y los líos que tuvo con Tetsuya- dijo Hyde de pronto y Ken lo miró como si se hubiera vuelto loco.

- ¡Claro! ¡Mientras sea buen músico que arme tantos pleitos como quiera!

- Tú ni siquiera estabas en la banda por ese tiempo, Kitamura. No juzgues su trabajo sin tener idea.

- Ya basta, ambos- atajó Tetsu antes de que pudieran ir más lejos con el intercambio de palabras. Puntualmente, antes de que pudieran repetir la discusión del día anterior.

Hyde y Ken se sostuvieron la mirada con fiereza, mas se abstuvieron de hacer mayores comentarios.

Antes de que se fueran a almorzar, Ken se sentó frente a Tetsu, guitarra en mano y un humor de perros.

- Ahora sí que la tienes buena- comentó, fiel a su estilo directo. Tetsu levantó la mirada de los papeles que estaba revisando - Si yo tuviera que negociar con el dulce carácter de Hiroki, me suicido o lo mato a él. Me inclino más por lo segundo.

El bajista se masajeó las sienes en un gesto cansino. Estaba revisando partituras y no tenía ganas de ocultar su descontento.

- Te aseguro que soy el menos entusiasmado en volver a verlo, ¿pero qué más puedo hacer? No me queda otra opción que viajar a escuchar sus peticiones, antes de que los preparativos se retracen.

- El imbécil ése no es lo único que te preocupa.

No era una pregunta.

- Las cosas entre tú y el enano no van de maravillas, ¿cierto?- prosiguió Kitamura sin darle tiempo de escapar al escrutinio.

El bajista se aclaró la garganta.

- ¿Qué te hace pensar eso?

- ¿Quieres que sea sincero o políticamente correcto?

- Tú no sabes ser políticamente correcto- Tetsu sonrió- Mi relación con Hyde va bien, supongo.

- ¿Supones? ¿Desde cuándo el ilustre líder se cuestiona?

- Tenemos discusiones, como todo el mundo. Pero Hyde comprende mi situación con Ayana y todo va bien… mejor de lo que me esperaba.

- Ya… Pero hay algo que te molesta. Prácticamente está escrito en tu frente, viejo.

Sakura

- A veces tengo la impresión de que Hyde no me quiere tener cerca- hizo una pausa. Las palabras habían dejado su boca casi sin planearlas y ahora que las escuchaba, sus pensamientos se encausaban por un rumbo distinto.

Y mucho más inquietante.

- Tus problemas se resumen a que el pequeño demonio se siente acorralado- el guitarrista recapituló y sonrió de medio lado- Si quieres un consejo, será mejor que no sigas vigilando a Haido como si fuera un niño. Aunque la mayoría de las veces el condenado se comporta como uno.

-Lo sé- Tetsuya suspiro- Pero eso no quita que me preocupe por él.

- Tendrás que aprender a tragarte la preocupación, entonces- el tono de Ken volvió a ser brusco y Tetsu estrechó los ojos, sin estar de acuerdo con sus palabras- Tampoco me mires así. Sé que es difícil no preocuparte por alguien que quieres, pero qué demonios, ¿qué más puedes hacer? Si insistes en ayudar demasiado corres el riesgo de resultar asfixiante. Así es la puta vida y que conste que yo no hice las reglas.

Rápidamente, Ken envió una mirada al otro extremo de la sala y Tetsuya notó que recaía en la figura del baterista.

- De todas formas- prosiguió Kitamura de inmediato, desviando la mirada- Si lo que te preocupa es su salud, me comprometo a poner un ojo en ese condenado demonio mientras tú lidias con Hiroki.

- ¿Estás seguro?

- No, pero será mejor que aceptes antes que me arrepienta.

Tetsu sonrió y asintió con un gesto. “No sabes el peso que me quitas de encima” le dijo, antes de que diera la hora del receso. Ken se levantó el asiento, guitarra en mano, y alzó una ceja en un gesto puramente marca Kitamura.

- Si quieres agradecérmelo, patea al imbécil de Hiro de mi parte. Y, por favor, hermano, ya no sigas devanándote los sesos por Haido, ¿quieres? Sé que estás colado por él, pero un poco de orgullo no le hace mal a nadie.

- Lo intentaré- Tetsu acentuó la sonrisa, aunque el golpeteo en sus sienes volvía más pulsante que nunca- Al menos, lo intentaré.




***



El líquido dorado cayó sobre su vientre y se dispersó hasta abarcar la piel de su ingle. Tetsu contuvo el aliento, en tanto sentía el cuerpo cálido y desnudo de Hyde moviéndose con la sutileza de un felino, recorriendo su pecho, siguiendo la estela dorada del whisky con la punta de la lengua y bajando... siempre bajando...

- Dijiste que ya no beberías- murmuró en medio de un jadeo, mientras enterraba los dedos en el cabello negro de Hyde y sentía la calidez de esa lengua beber del alcohol en su vientre.

Casi se sintió desfallecer cuando el vocalista le envió una mirada astuta, de oscura diversión.

- Lo dije. Seré bueno y haré caso de las indicaciones del médico… pero no hoy, Tetsuya. Hoy te despediré con alcohol y con sexo, como te mereces.

Había algo definitivamente pecaminoso en la forma en que las palabras se derramaban por su boca, como miel entre sus labios. El vocalista se sentó a horcajadas sobre sus caderas, dejó la botella de whisky sobre la mesita de noche y le inmovilizó las manos arriba de la cabeza, esbozando una sonrisa electrizante de poderío. “Siempre has sido un ejemplo de templanza… demuéstralo ahora” le susurró contra los labios, antes de lamerlos con la punta de la lengua y sonreír complacido, por el ondular de las caderas del bajista en un gesto claro de impaciencia.

El olor a alcohol y a sexo se dispersaba por cada recoveco de la recámara. Tetsu entornó los ojos mientras veía a Hyde bajar de nuevo y beber de las últimas estelas del whisky, hasta llegar a la zona más baja de su vientre.

- Moriré si no te das prisa- le susurró mitad extasiado, mitad demandante, recuperando poco a poco la exigencia perenne del líder.

A centímetros de su sexo, Hyde rió, con evidente malicia.

- No estás en condiciones de exigirme nada- le espetó- Por esta noche, Ogawa, yo estoy al mando.

Se incorporó de nuevo y lo enlazó de las piernas, colocándolas sobre sus hombros. Por primera vez en lo que iba de la noche, Tetsu sintió la erección de Hyde latiendo furiosa en su entrada y penas pudo contener un estremecimiento de placer cuando se dio cuenta que Hyde se lamía los dedos y los usaba para prepararlo.

- Recordarás esta noche por siempre- le prometió el vocalista antes de que sus ojos se entornaran, se le viniera el cabello oscuro al rostro y lo penetrara de una sola estocada, con fuerza, hasta tocar fondo.

Ambos contuvieron el aliento.

De arriba abajo, más y más adentro… Hyde cambió la posición de las embestidas y Tetsu se aferró a su espalda, disfrutando al máximo aquella sumisión que por tantos años le había sido velada. El vocalista le hacía el amor como si quisiera arrancarle el alma y Tetsu tuvo que arquearse y aferrarse del dosel de la cama para mantener la postura y recibir, hasta el fondo, aquellas embestidas erráticas que lo dirigían a una velocidad vertiginosa a la locura. “Vas a recordar esta noche… todas las noches que le sigan” repitió Hyde en su oído con la voz rota, entrecortada, en tanto su agarre en sus caderas se hacía casi violento y Tetsu estaba seguro que por la mañana habrían marcas.

No le importaba.

-Mañana, cuando estés lejos…recordarás esto, Tetsuya… y te tocarás pensando una y otra y otra vez en mí…

El bajista entornó los ojos, arqueó la espalda, apretó los labios, no podía más… Como en un trance, vio el cielo raso y gimió profundo cuando el éxtasis se arremolinó calido en sus entrañas, como fuego líquido que lo consumía por dentro. La piel cálida de Hyde se movía contra la suya y ya casi fulminado por el éxtasis, tuvo fuerzas para apoyarse en sus antebrazos, incorporarse hasta que sus piernas tocaron su pecho, su erección atrapada contra el vientre de Hyde, y lo atrajo para darle un beso húmedo, animal. Lenguas rozándose y el aliento evaporado entre todo ese calor que apenas cabía entre ambos.

- Te amo, doiha- le dijo en un último momento, mientras el orgasmo le robaba la consciencia y devoraba todas sus fuerzas.

Gimieron a un mismo tiempo y todo se hizo un remolino de placer puro. Hyde se vino en un jadeo profundo y Tetsu lo hizo un segundo más tarde. Su corazón, muriéndose de a poco. Su piel, en carne viva… El orgasmo no sólo se había arremolinado entre su vientre, sino que se expandía como marejadas movidas por la influencia de la luna, su noche eterna, Hyde... Fuerza y olor a menta. Besos intoxicantes. Whisky y sudor y sexo. Todo eso era Hyde y a veces, le parecía demasiado como para poder abarcarlo.

Lo besó de nuevo, casi a ciegas. Hyde salió de su interior con cuidado y se acomodó entre sus brazos, apoyando el rostro en la curvatura de su cuello. Aún jadeaba, como si terminara el más extenuante de todos los conciertos. Había hecho cantar a Tetsu hasta arrancarle notas lacerantes.

- Por supuesto que recordaré este momento- le susurró el bajista segundos después, en esa intimidad única que surgía después del sexo.

El vocalista le sonrió aún sonrojado, sucio por el whisky y el sudor. Se veía más atractivo que nunca.

- Más te vale que lo hagas- le advirtió, con la voz pastosa- porque yo sí te pensaré cada una de mis noches… Te recordaré así, como estas ahora: con las piernas abiertas y el orgullo mancillado.

Por mí y para mí

Tetsuya dejó escapar una risa suave. Por alguna retorcida razón, adoraba cuando Hyde hablaba de forma vulgar en la cama.

- Dejaría mancillar mi orgullo una y otra vez, si tú me lo pides.

- ¿Lo harías?

- Por supuesto- le acarició el cabello largo y sedoso- Por ti, Hyde… haría lo que fuera.

A pesar de la intimidad del momento, el vocalista se incorporó para verlo directo a los ojos. ¿Es otra de tus promesas?, pensó fría y desapasionadamente. De pronto, sintiendo que el hechizo de medianoche se rompía entre sus manos y ya no eran los amantes de antaño, sino dos completos desconocidos que retozaban entre las mismas sábanas.

- Dejé la cajetilla en la sala, voy por un cigarro - murmuró escuetamente entre dientes antes de deshacer el abrazo, alejarse y buscar sus pantalones bajo la cama. No podía verlo, pero sabía que la mirada de Tetsu seguía cada uno de sus movimientos. Callado, abrasándolo de forma casi material.

Recuperando la restricción que momentos antes, Hyde le había arrebatado.

- El médico dijo que no puedes fumar.

- Sé lo que dijo el puto médico- bufó y le envió una mirada de hastío- El compromiso comienza mañana, por hoy déjame respirar tranquilo, ¿quieres?

Se puso los pantalones a medio abrochar y salió sin mayores explicaciones. ¿Por qué no te vas de una maldita vez?, pensó iracundo, llegó hasta la sala y vio el reloj mural. Faltaban cerca de doce horas para que Tetsu tomara el avión que lo llevaría a Osaka. Aquéllas serían las horas más largas de toda su vida.

Se sentó en el sillón de cuero negro y miró alrededor. Todo el puto departamento olía a sexo, o quizás era sólo su propio aroma, impregnado del whisky y el aroma de Tetsu. “Ni siquiera follar contigo me es suficiente” susurró, esta vez con impotencia. Mientras tomaba la cajetilla que se había olvidado en la sala deseó, de pronto, ser él y no el bajista quien tuviera irse lejos.

Lo suficientemente lejos como para olvidar la imagen de Tetsu encontrándose con Ayana. Un encuentro que el bajista no había querido mencionar, como si estuviera ocultando algo.

Como hace tres años

Por inercia, sus ojos se dirigieron a la guitarra que descansaba en una esquina de la sala, bañada por la luz de la luna. Sintió un tibio cosquilleo en la punta de los dedos y caminó hacia ella. Tocar no era opción, era hacerlo o espetarle al bajista todas y cada una de sus acusaciones, todo el asco que le producía tener sexo a pesar de la desconfianza que le bañaba las entrañas. El mismo sentido de alerta que movía sus pasos desde que Tetsuya lo había traicionado.

Se sentó sobre la alfombra y tomó el instrumento entre sus manos. Apoyó la guitarra en su regazo y mientras acariciaba las cuerdas con la yema de los dedos, su mirada vagó hacia la luna que se perfilaba a través del gran ventanal que coronaba la sala. Aquella sería una noche sin estrellas.

Cerró los ojos, detuvo el movimiento. Sentía punzadas dentro de sus sienes y tuvo que llevarse las manos al rostro y respirar profundo para no soltar un quejido de dolor.

Es tu culpa, pensó iracundo, sintiendo una aversión renovada hacia el bajista. No sabes cuánto te detesto... No tienes ni una puta idea.

Abrió los ojos Más que ver, presintió la figura femenina entre toda aquella oscuridad abismante, como la boca de un túnel. Una sombra que caminaba por el departamento acariciando las paredes con la punta de los dedos, dejando una estela de sangre, la misma sangre que le bajaba por las piernas y enmarcaba sus pasos. Ella tarareaba una canción de cuna con su vocecita delgada, de mujer y de niña.

Cuando captó su mirada, la boca de Ayana se curvó en una sonrisa.

- Que idiota eres –le susurró encantada, en un hilo de voz dulce, pero mortalmente frío.

Hyde sintió que la sangre se le congelaba dentro del cuerpo, no podía pensar con claridad. Se quedó quieto en tanto la veía tomar el rumbo de la habitación vistiendo sólo una blusa larga y masculina, una blusa que evidentemente no era suya, era de Tetsu. La niña se llevó las manos al vientre y entonces el vocalista notó que estaba abultado.

”Ayana está embarazada… ese hijo es mío”

- No- el susurro se le escapó de los labios, ahogado, inconexo. Si pensar demasiado, Hyde dejó la guitarra de lado, se puso de pie y siguió la figura femenina rumbo a la recámara, siguiendo la misma estela de sangre que dibujaba formas en las paredes de su departamento. El departamento que alguna vez, habían compartido.

“Sé que ahora no puedes comprenderlo, pero es lo mejor para todos. Lo mejor para ambos”

El dolor en su cabeza se estaba haciendo insoportable, pero sabía que tenía que seguir adelante, confirmar que sus sospechas eran infundadas y sólo así, tal vez, odiar a Tetsu de la misma manera como lo había amado en el pasado.

Ruidos en su recámara, gemidos… Abrió la puerta con sigilo, con el miedo congelado en el pecho, como un cáncer. Se quedó paralizado, sin poder reaccionar ni dar marcha atrás.

Jamás podría.

“Lo nuestro fue un error... algún día tendrás que comprenderlo”
La vio a ella, abriendo las piernas como una virgen en penitencia, la piel desnuda y perlada de sudor, arqueada contra el cuerpo masculino que la cubría y dominaba. Y lo vio a él, su cuerpo estilizado y dolorosamente conocido. La luz de la luna caía por su espalda y dibujaba los músculos que se contraían con cada movimiento, de arriba a abajo, sus caderas ondulado, acompasadas. Tetsu la embestía con fuerza mientras su torso chocaba contra los senos de Ayana y su lengua acariciaba su boca dulce, de niña, color grana.

“Te amo, linda” “No le diremos a nadie” “Éste será nuestro secreto”

- ¿Hyde?

No te voltees. El dolor punzante en las sienes lo obligó a cerrar los ojos, apretar los labios para no gritar. Una voz conocida susurraba en su oído derecho mientras el izquierdo captaba las palabras del bajista.

- Hyde, ¿te sientes bien?

No te acerques

Aguantó la respiración cuando sintió el tacto inconfundible en su hombro. La negación salió entre sus labios antes de desarrollar por completo el pensamiento y se apartó, bruscamente, se dio la vuelta. Vio el rostro confundido de Tetsu y con un miedo que rayaba en lo irracional, dio un paso atrás cuando él intentó acercarse.

- Estás pálido, ¿qué te pasa?

Lo odias, recuérdalo. Otro paso adelante y uno hacia atrás. Tetsu lo aferró por los hombros y Hyde distinguió en su mirada otros ojos que lo observaban azules, familiares, una mirada de burla que le daba pánico.

La recordaba.

“Las enfermeras dicen que ves visiones”

El reconocimiento brilló por unos segundos en su mente antes de que toda la estancia se transformara en una vorágine de sombras y ya no sintiera nada. Absolutamente nada.

Salvo, quizás, aquel odio que se anidaba en su pecho y del que Adam se reía, a carcajadas. Al igual que tres años antes en su cárcel londinense.

2 comentarios:

No eh comentado antes, pero sigo tu historia hace bastante tiempo y la adoro. Personalmente, odio la pareja de tetsu y hyde, pero tu historia es tan buena y tu manera de escribir es asombrosa!, tanto asi, k no me importa la pareja...XD
Creo k tienes verdadero talento, la magia de tu historia me envuelve como un hechizo imposible de romper, y me ah echo incluso gritar de emocion. Por eso keria felicitarte, tienes un gran futuro.

Muchas gracias!! Aquí, entre nos, yo soy de sakuhai´s y no sé porqué me animé a escribir un Haitsu, pero el resultado me ha dejado bastante conforme.

Estudio literatura, así que quizás algún día me anime a lanzar un libro!

besos <3

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